El problema político no merece ni siquiera una persona muerta: Garachana Pérez
El presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, monseñor Ángel Garachana Pérez asegura que hay que aprovechar la situación de crisis política para afianzar el estado de derecho en Honduras y detener el empobrecimiento de la población.
El prelado manifiesta que los acontecimientos que está sufriendo Honduras desde la celebración de las últimas elecciones el pasado 26 de noviembre, cuyos resultados no son aceptados por la oposición, no merecen ni quiera la muerte de una persona "y es responsabilidad del Estado".
Garachana agrega que “es muy importante cómo la sociedad o las personas reaccionan ante la crisis. La situación que está viviendo Honduras depende en gran medida de nosotros, de cómo reaccionemos a ella”.
El obispo de San Pedro Sula, apunta que la inestabilidad que vive el país “realmente esto es ocasión de diálogo, de afrontar los problemas juntos, de superar tensiones... Es una oportunidad”.
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Los obispos de Honduras también han denunciado los episodios de violencia que han acompañado a las protestas por el resultado de las elecciones. Monseñor Garachana asegura que desde los días previos a Navidad ha cesado la violencia, aunque las protestas que se han venido sucediendo desde el pasado 26 de noviembre hasta entonces han dejado al menos 35 muertos de la Oposicion.
“Lo que hemos denunciado es esa violencia completamente descontrolada”, señala el misionero claretiano, aunque también tiene un reproche para los Cuerpos de Seguridad de Honduras: “El uso de una fuerza desproporcionada o de las armas debe hacerse conforme a unas leyes internacionales de respeto y, sin embargo, estamos comprobando que ha habido muertos en las manifestaciones. El problema político no merece ni siquiera la muerte de una persona y es una responsabilidad del Estado”.
Sobre la tarea que realiza la Iglesia en Honduras, monseñor Garachana recordó que el trabajo se continua realizando en las comunidades eclesiales de base, desde los grupos en colonias, barrios, aldeas... Es un trabajo de cercanía con el pueblo de Dios".