Exalcalde de New York, Rudy Giuliani asesorará Honduras en materia de seguridad
Rudy Giuliani, el exalcalde de Nueva York conocido por ser el cerebro detrás de la enorme disminución de la delincuencia en esa ciudad en los años noventa, se encuentra prestando una asesoría muy bien remunerada en algunos de los países más pobres y violentos de Latinoamérica, pero sus teorías de reducción de la delincuencia están basadas en conceptos dudosos y pueden ser contraproducentes.
En octubre de 2014, el exalcalde de Nueva York, quien había sido contratado por empresarios de Guatemala, visitó el país centroamericano para discutir los resultados de un estudio realizado durante cuatro meses por su empresa de seguridad Giuliani Partners LLC sobre las condiciones de seguridad del país.
Unos meses más tarde, un equipo de la firma consultora de Giuliani visitó El Salvador para ayudar a diseñar una estrategia de lucha contra el crimen, informó Warscapes. De manera similar a como ocurrió en Guatemala, la firma de Giuliani fue contratada por la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) de El Salvador para asesorar a los líderes locales acerca de cómo combatir los delitos violentos.
Giuliani regresará a Centroamérica este año para asesorar a Honduras en cuanto al manejo de la inseguridad y la violencia.
El exalcalde también ha realizado trabajos de consultoría en Colombia y Brasil, país en donde visitó a Río de Janeiro con el fin de ayudar a la ciudad a mejorar la seguridad, como parte de los preparativos para la Copa Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
El exalcalde es en general recibido como una estrella de rock y sus conocimientos sobre lucha contra el crimen son tomados como palabra divina, aunque en realidad son rudimentarios y poco profundos.
“Para nosotros la prioridad número uno era la seguridad”, dijo Giuliani ante una multitud de guatemaltecos refiriéndose a su período como alcalde de la ciudad de Nueva York. “Cuando hay una abrumadora cantidad de crímenes en la sociedad, eso no se resuelve con escuelas, bibliotecas, barrios agradables y equipos deportivos. Hay que reforzar el orden público. Cuando se logra reducir el crimen, el paso siguiente es desarrollar programas sociales. Es entonces cuando se crean más empleos, mejores barrios y mejores escuelas”.
Giuliani se fue de Guatemala no sin antes hacer recomendaciones sobre cómo medir de mejor manera la eficacia de su sistema policial y de justicia, y así determinar cuántos policías se necesitan y qué tan altos deben ser sus sueldos con el fin de reducir la corrupción.
En El Salvador, el presidente de la organización que lo invitó dijo que confiaba que las propuestas de la compañía de Giuliani “romperían el círculo vicioso de la violencia” y que esperaba que el gobierno acataría cabalmente las recomendaciones formales de Giuliani, que se esperan para principios de abril.
Análisis de InSight Crime
No hay duda de que Centroamérica necesita ayuda. La región del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) es una de las regiones más peligrosas y violentas del mundo. En 2014, la tasa de homicidios de Guatemala se situó en 31 por 100.000 habitantes, mientras que tanto El Salvador y Honduras tuvieron tasas de más de 60 por 100.000 habitantes. Gran parte de esta violencia es el resultado de la actividad de pandillas y narcotraficantes en toda la región.
Tales niveles de violencia han tenido grandes repercusiones financieras en las economías latinoamericanas: la violencia en Honduras le costó al país cerca del 19,2 por ciento de su PIB en 2013. La inseguridad rampante también es considerada como uno de los principales factores que lleva a los jóvenes centroamericanos a iniciar una riesgosa travesía hacia Estados Unidos.
Pero las propuestas de Giuliani tienen numerosos problemas, comenzando por su credibilidad. Las estadísticas muestran que los crímenes violentos y los homicidios comenzaron a disminuir antes de la administración de Giuliani. De hecho, durante los años noventa, el crimen se redujo no sólo en Nueva York, sino también en las principales ciudades de Estados Unidos, como Chicago, Los Ángeles, San Francisco, Miami y San Diego.
Muchos analistas mencionan también una mezcla compleja de cambios sociales y demográficos como las razones para el descenso del crimen en la ciudad de Nueva York, como el fin de la epidemia de crack, mejoras en la economía y la imposición de mayores penas para los delincuentes. Todo esto sugiere que Giuliani no fue tanto un “súper policía” sino más bien que resultó beneficiado por las circunstancias: simplemente estaba en el lugar correcto en el momento oportuno.

