LOS TRAIDORES DE LA PATRIA
FROYLÁN TURCIOS
Conozco algunos hombres pueriles contaminados con el veneno de la traición, para quienes todo nuestro porvenir colectivo está concentrado en los progresos materiales, en la transformación mecánica por medio del oro del Norte; sin darles importancia alguna a los grandes valores humanos, la soberanía, la libertad, el derecho, que estarán siempre ---pese a los malvados--- por encima de toda finalidad grosera y egoísta.
Ellos desearían cambiar lo que nos es más caro: la autonomía de la República, por esos ilusorios adelantos prácticos de los que ni siquiera se beneficiarán.
Las fábricas, caminos férreos, compañías de vapores y CONSTRUCCIÓN DE CIUDADES y todo lo que constituye, en su base primordial, el progreso moderno, sería del conquistador.
Y ¿ qué ganaríamos …. con ver sustituidas las viejas casas humildes de Tegucigalpa por imponentes palacios de hierro, por fastuosas residencias de mármol, si no son nuestros; si son del orgulloso magnate extranjero que a puntapiés hará arrojar de su puerta al mendigo hondureño que solicita un mendrugo?
¡Que habrá paz! --- gritan esos espíritus superficiales, aunque sea la paz de la muerte, la paz de la vergüenza pública, la paz del esclavo que no levanta la voz ante su verdugo, la paz humillante y más oprobiosa, mil veces más, que la más sangrienta de nuestras revoluciones.
Que haya oro y paz desean esos miserables, aunque la autonomía de la Patria se hunda para siempre ñen el más inmundo de los estercoleros y que los hondureños dignos vaguemos como parias por los duros exilios, sin amor y ñsin hogar, esculpidos y vejados por los sayones de la conquista
FROYLÁN TURCIOS. Boletín de la Defensa Nacional. Tegucigalpa 1923